Las cualidades del traductor jurídico
La traducción jurídica abarca todos los proyectos de traducción humana relacionados con el ámbito legal. Debido a esto, se trata de un tipo de trabajo muy técnico que requiere tanto conocimientos jurídicos muy técnicos como el dominio absoluto de dos o más idiomas para lograr un equilibrio entre la precisión (un atributo esencial en una profesión en la que los contratos se miran con lupa en busca de lagunas y tecnicismos mediante la reinterpretación de las palabras analizadas) y la comprensibilidad del producto final.
Ya trabajen para una agencia de traducción profesional o como autónomos expertos que ofrecen servicios de traducción, todos los traductores, experimentados o inexpertos, consideran que la traducción jurídica es uno de los tipos de trabajo más difíciles que existen.
Para ser un buen experto en latraducción profesional de documentos jurídicos, un agente debe poseer cualidades como la precisión terminológica y la creatividad.
Ámbito de funciones
Un trabajador de servicios de traducción que se considere entre competente y excelente debe estar siempre alerta para hacer frente a los problemas relacionados con la exactitud del lenguaje jurídico y su naturaleza sistémica.
Aunque la enorme complejidad de este género concreto de traducción humana lo ha convertido en uno de los campos más difíciles del estudio de la traducción, muchos traductores que trabajan en este ámbito de especialización consideran su participación como una insignia de honor en sí misma. Solo los mejores de los mejores traductores pueden sobrevivir a esta empresa tan laboriosa.
Además, un traductor jurídico también debe conocer las diferencias entre los sistemas de derecho civil y de common law para evitar posibles problemas y confusiones derivados de estas dos categorías opuestas. Y aún más: un buen traductor jurídico debe dominar la jerga jurídica para poder expresar la idea principal de un contrato o de una ley con el menor número de palabras posible.
Estos duros trabajadores y especialistas en dos o más idiomas y en terminología jurídica han de conocer muy bien el contexto en el que traducen.
Competencias clave
A un traductor medio e incluso a uno bastante competente la traducción jurídica le parecerá tremendamente difícil, pero en este mundo posglobalización y en esta avalancha de comercio internacional que estamos viviendo debido a innovaciones como internet, la demanda de este oficio ha crecido mucho y este es demasiado lucrativo como para permitirnos el lujo de ignorarlo, por muy difícil que sea.
Un buen conocimiento del sistema jurídico de uno o dos países es, sin duda, imprescindible para evitar posibles demandas y gastos legales.
Aunque los diccionarios jurídicos bilingües pueden ser de gran ayuda, la cuestión principal que debe abordar un traductor jurídico es la comunicación precisa de los derechos y deberes de las personas del texto de origen al texto traducido; todo lo demás parte de ahí.
Después, los traductores jurídicos deben buscar competencia en tres áreas clave ―estilo de redacción jurídica, terminología específica y derecho comparado― para tener éxito en todas sus tareas de traducción sin que quede pendiente ni una sola demanda o reclamación judicial. Por último, pero no por ello menos importante, el traductor probablemente verá con más frecuencia el siguiente campo de términos cuando realice su exigente pero gratificante tarea: derecho de sociedades, derecho penal, derecho de la propiedad, derecho fiscal, derecho marítimo, derecho contractual y derecho internacional.